Durante su carrera escolar, Giovanni decide asistir a la facultad de  Ciencias y Tecnologías Vitícolas y Enológicas en la Universidad de Verona, sin embargo sin obtener un título ya que mientras tanto la actividad agrícola se iba gestando y el tiempo para dedicarse a los estudios era escaso.
A los 18 años decidió emprender este proyecto, ambicioso y en parte inconsciente: arrancar el viñedo viejo, ahora irrecuperable, plantar los nuevos esquejes y ayudarlos solo en el crecimiento.  durante los siguientes dos años. La primera pequeña cosecha experimental se remonta a 2008 en el garaje de la masía recién renovada.

Me realizo en el vino - explica hoy Giovanni - Cuando miro una de mis botellas veo el viñedo viejo, los esquejes jóvenes, las primeras uvas recolectadas, las prensas, los depósitos, la prensa, las barricas de madera, el embotellado y el etiquetado.

Veo mi trabajo, el esfuerzo que hice, la amistad de quienes me ayudaron, la experiencia de quienes me aconsejaron, la paciencia de quienes me aguantaron.
La sensación que obtienes al hacer estos argumentos es una descarga eléctrica que recorre tu espalda y que te sacude el alma profundamente dándole mucha energía, la misma energía que me llega durante las catas cuando hablo de mis vinos y me doy cuenta de que son son los vinos los que hablar de mí y de este maravilloso territorio en el que nos encontramos. Esta energía es lo que busco y es una de las dos razones por las que soy enólogo. La segunda razón es que la actividad agrícola me da la oportunidad de preservar mi tierra para el futuro, seguir cultivando las incómodas terrazas, renovando los antiguos muros de piedra seca y replantando las antiguas variedades de estas tierras ”.